Análisis de C&W:
- Las compañías del sector deben enfocarse en cinco pasos para
garantizar una gestión más eficiente a nivel interno, y para beneficio de sus
clientes.
La forma de hacer negocios en el mundo está cambiando
permanentemente, y la industria de los bienes raíces corporativos no es la
excepción a la regla.
Por eso, las empresas del sector
están innovando en sus procesos cada vez más, con el fin de brindarle a los
clientes un mayor valor agregado, de tal manera que estos se dediquen
exclusivamente a su core business y a
hacer más rentables sus compañías.
En lo que respecta a las firmas de
servicios inmobiliarios, la gestión ya no solamente tiene que ver con la
consecución de un espacio que se ajuste a las necesidades de un cliente
específico, sino que esta debe ir hasta el diseño estratégico, la entrega e
incluso la administración del inmueble.
Pensando en ello, la multinacional
Cushman & Wakefield identifica esta
tendencia como el surgimiento de las nuevas Empresas de Bienes Raíces
(Corporate Real Estate, CRE, por su sigla en inglés), cuya finalidad es,
justamente, contribuir al objetivo de asesoría integral de los clientes.
De acuerdo con José Belfort Mattos,
director ejecutivo para Colombia y Perú de Cushman & Wakefield, “es claro
que las CRE pueden desempeñar un papel importante en la consecución de los
objetivos corporativos”.
C&W define la existencia de cinco pasos definitivos que debe seguir una
empresa del sector, en el propósito de proveer a sus clientes un servicio con
valor estratégico, claro y medible en el tiempo.
En primer lugar, se debe entender
completamente la cartera de bienes raíces, ya que esto permite detectar no solo
los riesgos y las obligaciones financieras, sino determinar las mejores
oportunidades.
Como segunda medida, debe haber una
identificación de los objetivos del negocio, tanto financieros como
estratégicos, a corto, mediano y largo plazo; para ello es fundamental saber
cuál es la meta de la empresa; una vez logrado este paso, se podrá generar un
diálogo entre las partes para ayudar en una efectiva toma de decisiones.
Como tercer paso, es importante identificar
la estructura y los recursos necesarios para apoyar los nuevos roles dentro de
la organización, permitiendo conocer mejor la estrategia, la tecnología
utilizada y los procesos globales para una mejor adaptación a los cambios en el
negocio.
“Identificar quién se pondrá en
contacto con las unidades de negocio y cómo se producirá la comunicación es
fundamental”, destacó Belfort, al señalar que es igualmente importante que
dicha comunicación se centre en las iniciativas empresariales claves y el papel
que pueden jugar las propiedades inmobiliarias para alcanzar las metas.
El cuarto paso tiene que ver con
crear un modelo de gobierno, es decir, identificar las políticas y
procedimientos para la toma de decisiones, que sean claramente entendidos por
todos los involucrados.
Por último, explorar modelos de
asociación es una alternativa que puede ayudar no solo a establecer una
estrategia global, sino también a liberar recursos para centrarse internamente
en cómo la combinación de la gestión de bienes raíces con otras actividades
puede generar un control de costos en la empresa.
De acuerdo con el directivo, las
organizaciones que ignoran la dinámica cambiante de los negocios no solo
pierden la oportunidad de ayudar a la implementación de estrategias reales,
sino que corren el riesgo de marginar la contribución que una CRE puede hacer para
el crecimiento de la empresa.
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